No sé guiñar el ojo, cuando las calles están vacías voy saltando de baldosas coloreadas a otras, cuando tengo miedo canto, compro paraguas feos para que nadie me los robe y soy persona.
Claro, y es que, a veces, después de estar durante un largo (y tan largo) período de tiempo jugando y sin tener intención alguna de hacerlo, descubres que necesitas parar, que has crecido, que ya no eres un niño.
Las cosas cambian, dejas de ir con la misma gente, te abres a personas nuevas. Decides dar un paso más y te chocas, te caes, pero la persona con quien te habías chocado consigue levantarte, y vaya si lo hace.
Es genial, la mejor persona que has conocido nunca, tanto que a veces no sabes si te lo mereces. Soprende la manera en que conectais, siempre hablando, riendo, fumando, siendo crueles.
Motiva que lo tengas a tu lado cuando más lo necesitas y saber que está ahí y motiva ayudarlo cuando él lo necesita.
La manera en que os besais, os abrazais, os tocais, os sentis. Como os dormis el uno al lado del otro y lo genial que es pensar en lo perfecto que será el próximo día que esteis juntos, porque eso no lo dudas nunca.
Som la cançó que mai s´acaba, som el combat contra l´oblit, som la paraula silenciada, som la revolta en un sol crit.
Som l´espurna que encén la flama, som la lluita que hem compartit, som la pedra en la barricada, som el poble per construir.
I quan la nit ens ve a buscar som tot un món per estimar,som una història per guanyar, tot un futur per començar.
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