martes, 30 de noviembre de 2010

Uno.

Ese número al que tan poca importancia damos.

Una ficha en el tablero, un pez en el mar, una hoja en un árbol, una persona en el mundo. Insignificantes en la globalidad, pero esenciales individualmente.

Una ficha es capaz de cambiar el curso de la partida, un pez puede alterar el ciclo de la vida, una hoja puede caer en el momento exacto para ser vista por alguien y que quede en su memoria, y una sola persona puede cambiar la vida de otra.

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